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jueves, 2 de septiembre de 2010

Nadie acabará con los libros

Existe un grupo en la red social Facebook que se llama ¡Por el libro tradicional! ¡Di no al Ebook! (no he buscado el contrario. Me daría rabia encontrar más seguidores que aquel), y en su declaración de intenciones se lee:
Por el olor de los libros, por el tacto de las hojas, por los marcapáginas, por las sobrecubiertas, por las solapas, por pasar las páginas con el dedo, por los que doblan las esquinas de las hojas, por los que subrayan frases con un lapicero, por los libros con errores de imprenta; por el trabajo de editores, impresores y libreros; por las bibliotecas públicas, privadas y personales; y, sobre todo, por los libros que de forma tan bonita y amable decoran nuestras estanterías y lo único que nos piden a cambio es que los hojeemos de vez en cuando.
Muy bien dicho. Y encuentro por casualidad este grupo después de que en la revista Qué-Leer la escritora Elisabeth Kostova (autora de LA HISTORIADORA y en promoción de su última novela EL RAPTO DEL CISNE) afirme que
...la llegada de la generalización de la lectura electrónica únicamente hará que artefactos como bolígrafo, papel y libros impresos, precisamente por haberse convertido en cachivaches históricos, parezcan aún más mágicos a las generaciones venideras.
Me alegra enormentente que, de vez en cuando, podamos leer y escuchar estos planteamientos como contrapunto a la ferocidad de la campaña del libro electrónico (una expresión que me sigue chirriando tanto como si encontrara en un párrafo "verano gélido" o "tórrido invierno")

Las palabras de Kostova me llevan, era irremediable, a Umberto Eco. Y repito como un mantra:

El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor


Y abro NADIE ACABARÁ CON LOS LIBROS y cada una de sus páginas me reconforta. No es que niegue la evolución; es más, me parece interesante y útil la convivencia de ambos formatos. Es que no soporto la mirada perversa de quienes, con mala baba (hay con los que es agradable hablar de este tema. Me refiero a los malos de solemnidad) te preguntan: "Y lo de los libros electrónicos esos, ¿qué? Jodida la cosa, ¿no?"

Pues ya veremos.

RMG

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